Ruta de la lavanda 7: Sault, Forcalquier y Manosque

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Impresionantes campos de lavanda florida.

Orange, Vaison-la-romaine, Sault, Forcalquier y Manosque

La lavanda es uno de los elementos que caracterizan la región de la Provenza. No podemos dejar de visitarla sin hacer al menos una ruta de la lavanda y maravillarnos con los inmensos campos de tonos violetas que pueblan el entorno.

Página general de las Rutas de la lavanda.

Les proponemos pues una ruta de la lavanda de lo más interesante para hacer en verano. Y tiene que ser en verano la época en que la lavanda está en su máximo esplendor. Hay fiestas dedicadas a la lavanda, las calles se llenan de carros de flores que desfilan por las calles perfumadas los pueblos. Los productores de lavanda ponen sus puestecillos de mieles, aceites esenciales, colonias, jabones, ramos de flores secas, auténticas ferias artesanales que se unen a las fiestas. Además, las destilerías abren sus puertas, así como los museos de la lavanda.

Y así podría ser la ruta de la lavanda que les sugerimos. Partiendo de una de las ciudades más conocidas de la Provenza, Orange, pasando por pueblos llenos de historia, como Vaison-la-romaine, y pueblitos pintorescos como Sault o Forcalquier, para terminar en Manosque. Aunque también se puede hacer esta ruta de la lavanda en sentido contrario, de Manosque a Orange. En total son 155 kilómetros, y la ruta duraría así más días, ya que si queremos pararnos en ciudades como Orange o Vaison-la-romaine y visitar sus monumentos, o si queremos pararnos a disfrutar de los magníficos paisajes de lavanda, necesitamos bastante tiempo.

Orange

La primera parada de nuestra ruta de la lavanda es, pues, la ciudad de Orange. Conocida como «ciudad de los príncipes», ya que en la Edad Media y hasta el siglo XVIII fue capital del principado de Orange. Pero es, sobre todo, famosa por por su teatro antiguo y por su arco de triunfo. De hecho, muchos de sus monumentos están inscritos en el Patrimonio mundial de la Unesco. Vale la pena pues hacer una parada en esta magnífica ciudad, construida a partir del modelo clásico de la ciudad romana, y visitar los vestigios, entre los que se encuentran las murallas, el arco de triunfo, situado en la entrada norte de la ciudad.

El teatro antiguo que, como el arco de triunfo, data del siglo I de nuestra era, es uno de los teatros romanos mejor conservados del mundo. El muro del escenario está casi intacto. Para Luis XIV era «la más bella muralla del Reino». En él se celebran actualmente festivales de teatro o de música, sobre todo en verano.

Vaison-la-romaine

La siguiente parada en la ruta es en la Vaison-la-romaine, considerada como uno de los parajes más bellos de Francia. Debe su renombre a su importante patrimonio, con algunos de los monumentos más bellos de la Provenza. Su decorado refleja las diferentes caras que le han conferido sus 2000 años de historia. Alberga el yacimiento arqueológico más grande de Francia y está abierto al publico. No dejen de visitar los vestigios de las ricas residencias romanas y de los edificios públicos, el teatro antiguo, el museo y los magníficos jardines. Vaison-la-romaine es pues otra parada obligatoria en esta encantadora ruta de la lavanda.

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Helado de lavanda. Delicioso.

Sault

Atravesando impresionantes campos de lavanda, cegadores en verano. Al este del Mont Ventoux, en una colina que se encuentra a 776 metros de altitud llegamos a Sault. Es otra de las etapas de la Ruta de la lavanda, en donde el visitante podrá descubrir un rico patrimonio histórico. Esta antigua capital del condado es uno de los 6 emplazamientos a los que se le ha concedido el título de patrimonio mundial de la Unesco. Además, si se encuentran por la región a mediados de agosto, no dejen de ir a la interesante Fiesta de la Lavanda, que tiene lugar el día 15. O visitar la Ferme aux Lavandes, donde podrán ver las explotaciones de lavanda y comprar diferentes productos: plantas, mermeladas y miel de lavanda, tés, perfumes…Existe la posibilidad de asistir a talleres de jardinería, perfumes, cocina, etc.

Y no sólo eso, Sault ofrece también la posibilidad de visitar una destilería de lavanda, y así aprender el proceso de destilación para realizar los productos derivados de la lavanda: perfumes, jabones…Y no muy lejos de allí, se puede ir a Coustellet, donde está el famoso Museo de la Lavanda. Como pueden ver, en esta etapa hay múltiples actividades que se pueden realizar en relación con la protagonista de nuestra ruta: la lavanda.

Forcalquier

Situada entre la montaña de Lure y el macizo del Luberon, se encuentra la magnífica villa de Forcalquier, parada obligatoria para los visitantes. Destaca la Ciudadela, en el centro de la ciudad, un conjunto de fortificaciones que nos ofrecen una vista panorámica impresionante. En otro tiempo, en este emplazamiento se elevaba el castillo de los condes de Forcalquier. Hoy se encuentra la capilla de Notre-Dame de Provence, de estilo románico-bizantino. Su pintoresco centro histórico, hecho de callejuelas y de placitas. Posee una rica arquitectura que no dejará indiferente: la catedral Notre-Dame du Bourguet, el convento de los Cordeliers o la iglesia de Saint-Jean.

Manosque

Los sempiternos campos de lavanda que se vuelven malvas en el mes de julio.

La última etapa de nuestra ruta de la lavanda se encuentra a 20 kilómetros de Forcalquier, en Manosque, una ciudad construida en una ladera de las colinas del Luberon oriental, rodeada por el Mont d’Or y por la colina de Toutes-Aures, un entorno natural de excepción que el visitante sabrá apreciar..

Además, el casco viejo, típicamente provenzal, le ofrece también pequeñas maravillas, como las puertas que en otro tiempo defendían las entradas de la ciudad: la puerta de la Saunerie, de estilo románico y la puerta del Soubeyran, del siglo XIV, ambas clasificadas como monumentos históricos. Así como las dos iglesias: Notre-Dame de Romigier, de estilo románico y Saint-Sauveur, de estilo románico-gótico.

Déjense guiar pues por la ruta de la lavanda y pasar una estancia de ensueño en el corazón de la Provenza. Descubran ciudades históricas de excepción y pueblecitos provenzales rodeados de colinas y planicies de tonos violetas, inundadas de lavanda. En verano, la región festeja la fiesta de la lavanda, las destilerías abren sus puertas y los pueblos están en efervescencia entre ferias artesanales y festejos. Haga la ruta de la lavanda en el mejor momento, justo antes del período de la cosecha de la lavanda, entre julio y finales de agosto. Será un viaje inolvidable que dejará huella en su diario de viaje y en sus espíritus.

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